miércoles, 24 de junio de 2009

Sensualidad veraniega.

El libro de Luis Antonio de Villena está repleto de guiños a Cavafis y su poesía sensual de claro sabor pagano y mediterráneo. Por ejemplo, el poema titulado Piscina:
Con un ligero impulso la palanca palpita,
y el desnudo se goza un instante en el aire,
para astillar después en vibraciones verdes
el oro y el azul y la espuma que canta.

Desciendes un momento. Y riela en los visos
del cristal transparente el fuego que galopa
entre las ramas verdes, y es túnica
de seda que amorosa recoge la selva de tu cuerpo.

Te detienes y nadas. El fondo es tu capricho.
Como un solaz de algas que amase tu cabello
te complaces en verte por grutas submarinas.

Y al regresar al sol, nos miras en la orilla,
mientras, toda codicias sexuales, el agua
deseosa, se goza solitaria en tu cintura.

(Luis Antonio de Villena: p. 51)

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