miércoles, 2 de noviembre de 2011

Diet for a Small Planet.

Twenty years and three million copies later, the extraordinary book that taught America the social and personal significance of a new way of eating is still a complete guide for eating well in the '90s. Sharing her personal evolution and how this groundbreaking book changed her own life, world-renowned food expert Frances Moore Lappé offers an even more fascinating philosophy for changing yourself —and the world— by changing the way you eat.

I first heard of this book while reading an article on the Spanish press about the recently deceased Steve Jobs, who apparently became a vegetarian after reading this book back in the early 1970s. It drew my attention not because Steve Jobs read it, but rather due to its topic, as well as the fact that a good friend recognized it when I mentioned it to him.

Technical description:
Title: Diet for a Small Planet.
Author: Frances Moore Lappé.
Publisher: Ballantine Books.
Edition: Twentieth Anniversary Edition, New York (USA), September 1991 (1971)
Pages: 479 pages, including bibliography, index and recipes.
ISBN: 0-345-37366-9

lunes, 17 de octubre de 2011

A Clockwork Orange.

A dystopian novella written by Anthony Burgess back in 1962 that would become internationally known thanks to the film by the same title directed by Stanley Kubrick. Written in an invented language called Nadsat (derived from Russian), a young fellow narrates his adventures in a dystopian near-future society where decent folks work exhausting monotonous jobs, live in large spiritless apartment complexes and watch TV all day while their kids join street gangs and terrorize their innocent victims for fun. Full of slang and violence (or, as the author calls it, "ultraviolence"), but certainly entertaining and even thought-provoking.

Technical description:
Title: A Clockwork Orange.
Author: Anthony Burgess.
Edition: ebook file in EPUB format

viernes, 23 de septiembre de 2011

Driven to Extinction. The Impact of Climate Change on Biodiversity.

Climate change is real, and so is the threat it poses to the diversity of plants and animals that inhabit Earth. Yet debate on this topic has been polarized by catastrophists who fret that we are heading toward total disaster and skeptics who insist that there is nothing to worry about. In Driven to Extinction, Richard Pearson, a scientist at the American Museum of Natural History, explains the science behind the debate in an unbiased and level-headed manner.

Pearson shows that the threat to biodiversity by climate change increases the risk of extinction, especially when combined with other threats, such as habitat destruction and the influx of non-native species. But he is no alarmist. On the contrary, he warns against predictions of doom, highlighting the often unexpected ways in which nature can adapt to environmental change. Even so, Pearson does not gloss over the seriousness of the issue. Focusing on case studies from around the world, he describes not only what we know, but how we know it —the data, methods, and reasoning behind of what science does and does not know, and contributes a unique perspective to the debate that really matters: now who is to blame, but what is to be done.

Technical description:
Title: Driven to Extinction. The impact of Climate Change on Biodiversity.
Author: Richard Pearson.
Publisher: Sterling/American Museum of Natural History.
Edition: first edition, New York (USA), 2011 (2011).
Pages: 263 pages, including index.
ISBN: 978-1-4027-7223-8

martes, 20 de septiembre de 2011

The Picture of Dorian Gray.

A classic that I had never read until now. I must say that watching Dorian Gray, the 2009 adaptation directed by Oliver Parker, has something to do with it.

Written in his distinctly dazzling manner, Oscar Wilde's story of a fashionable young man who sells his soul for eternal youth and beauty is the author's most popular work. The tale of Dorian Gray's moral disintegration caused a scandal when it first appeared in 1890, but though Wilde was attacked for the novel's corrupting influence, he responded that there is, in fact, "a terrible moral in Dorian Gray." Just a few years later, the book and the aesthetic/moral dilemma it represented became issues in the trials occasioned by Wilde's homosexual liaisons, which resulted in his imprisonment. Of Dorian Gray's relationship to autobiography, Wilde noted in a letter, "Basil Wallward is what I think I am: Lord Henry what the world thinks me: Dorian what I would like to be —in other ages, perhaps."

Technical description:
Title: The Picture of Dorian Gray.
Author: Oscar Wilde.
Publisher: The Modern Library.
Edition: New York (USA), 2004 (1890).
Pages: 266 pages.
ISBN: 0-375-75151-3

viernes, 16 de septiembre de 2011

Conexiones entre misticismo oriental y Física contemporánea.

Racionero trata en el capítulo 10 de este libro sobre las conexiones entre el misticismo oriental y los últimos descubrimientos de la Física contemporánea. No se trata de una reflexión original, sin lugar a dudas. Se trata de una conexión que se viene señalando, cuando menos, desde la década de los sesenta y que después fue en aumento con la aparición en escena del movimiento New Age. Resume los puntos de contacto de la siguiente forma:
El primer paralelismo se da en la idea de unidad y mutua interrelación entre todas las cosas y sucesos. (...) El segundo paralelismo se da en la idea de la fusión de opuestos, o de la identidad subyacente entre dos fenómenos opuestos. (...) Un tercer paralelismo se da en cuanto a la idea de cambio. Einstein afirma que lo que llamamos partículas elementales son modos convenientes de agrupar sucesos; es decir que las partículas no existen, sino que son conjuntos de sucesos agrupados por el observador y llamados electrón o protón...

(Luis Racionero: Filosofías del underground, pp. 125-127)

Como decíamos, son muchos quienes han señalado este paralelismo entre las intuiciones del misticismo y lo que hemos ido descubriendo poco a poco conforme hemos avanzado en nuestro conocimiento científico. ¿Quiere ello decir que, gracias a la pátena de cientifismo, podemos ahora considerar que el misticismo tiene mayor credibilidad? Supongo que eso dependerá de cada cuál. No obstante, sí que me parece legítimo subrayar que dichas intuiciones deben, cuando menos, considerarse seriamente. En definitiva, no se trata de abandonar el racionalismo y el empirismo, ni tampoco las ventajas materiales y prácticas que nos proporcionan, pero sí de equilibrarlas con un poco de sentido común y de valores que hunden sus raíces en nuestra tradición filosófica y espiritual. Este es, me parece, el mensaje central del libro de Racionero.

Pintura tántrica: pintura como música.

Interesantes reflexiones acerca de la pintura tántrica y su conexión con la pintura abstracta:
La pintura tantra se tiene que ver, por tanto, como un medio para entrar en un cierto estado mental. Es un arte que tiende, como pedían Lessing y Walter Pater, al estado de la música; un arte abstracto como la música, que no usa la forma y color para contar una historia, representar una escena o evocar un símbolo, sino que los emplea en toda su puerza, por el efecto que la vibración luminosa electromagnética producirá en el cerebro. Se ha dicho que la música es el lenguaje de las emociones. Los pintores abstractos de nuestro siglo han querido descubrir el lenguaje visual de las emociones; muy pocos lo han conseguido, quizás Picasso y Bacon. Pero así como el expresionismo abstracto occidental evoca las emociones de angustia, protesta o alienación, que corresponden a nuestra crisis cultural, las formas y colores abstractos de los tantras van dirigidos a provocar las emociones del disfrute erótico y de la energía vital. Quizás una de las cosas que ayudarían a superar el impasse cultural sería el yoga del sexo: pasar del cogito al coito.

(Luis Racionero: Filosofías del underground, p. 122)

Está en lo cierto Racionero. En eso consiste precisamente el proyecto de la pintura abstracta contemporánea: expresar las emociones de la misma forma que lo hace la música, es decir, de manera intemporal, etérea y, paradójicamente, indeleble. ¿Acaso no asociamos automáticamente ciertas canciones a unos determinados estados de ánimo y experiencias que tuvimos en el pasado? Ese es el poder de la música. Reproducirlo en pintura es, sin duda, un reto de enorme envergadura en el que la mayoría de artistas fracasa estrepitosamente.

Tantra: el yoga del sexo.

Del amor sufí, Racionero pasa al tantra:
Resulta que en India también hay "underground" y que los contraculturales de la secta baul de Bengala están, desde el siglo VI, haciendo yoga con el sexo. La idea no puede ser más lógica: si los brahmanes pretenden que se puede llegar al nirvana respirando, ¿adónde no se llegará de la otra manera? Son las religiones organizadas, en todas las culturas, las que imponen el ascetismo y la represión sexual; la gente, espontáneamente, sabe muy bien cómo usar su cuerpo. La secta "underground" de los tántricos, que es el nombre que se a los que practican el yoga del sexo, parte de un principio muy distinto al de las represivas ideologías del temor y la seriedad: "El Universo viene del gozo, se mantiene por el gozo y va hacia el gozo". (...)

Esta es la hipótesis de trabajo de la filosofía tántrica: la libido sexual humana es de algún modo idéntica a la esencia energética benéfica y creativa del universo. El tantra es un culto del éxtasis, basado en una visión de sexualidad cósmica. No renuncia al mundo, como el budismo, sino que lo disfruta al máximo para trascenderlo, no por negación, sino por superabundancia. Decía Lin-Yutang que para cristianizar a un oriental, primero hay que convencerle de que es culpable. El complejo de culpabilidad es el sofisma previo en que se basa el autoritarismo de la cultura judeocristiana; una de sus consecuencias es la represión sexual; otra, la actitud de antagonismo a la naturaleza.

(Luis Racionero: Filosofías del underground, pp. 116-117)

Nada que ver, desde luego, con la timorata tradición occidental. Aún hoy en día, después de la liberación sexual de los sesenta, se nos hace bien difícil entender la sexualidad con esta naturalidad. Cierto, nos gusta pensar que somos muy progres y liberados, pero el sexo explícito sigue siendo inaceptable hasta en clase de educación sexual en la escuela, por poner un ejemplo. Como afirma Racionero poco después, el concepto tántrico de sexualidad es bien distinto:
En la cosmología tántrica, la sustancia primordial del universo es algo que se denomina ser-consciencia-gozo, "sat-chit-ananda", algo como lo que Blake aludía en su fórmula "energía es gozo eterno". Subyaciendo todo el erotismo hindú está la idea de que la sexualidad es intrínsecamente divina y que la energía sexual en el hombre y los animales es la presencia sensible de la energía constitutiva del universo.

(Luis Racionero: Filosofías del underground, pp. 118-119)

Una vez más, se trata de entender que todo (absolutamente todo) lo que nos rodea tiene una naturaleza divina en última instancia. Un concepto mucho más místico que la dualidad judeocristiana que acabó apoderándose de nuestra civilización occidental.

Amor y sufismo.

Racionero nos introduce a los sufis como intoductores de la idea de amor en nuestra civilización, defensores de una filosofía basada en el sentimiento más que en la razón y, hasta cierto punto, más seculares que religiosos:
...los sufis son importantes porque fueron los introductores del amor en Occidente. El sufismo es una escuela de pensamiento y forma de vida que propone el amor como forma de conocimiento. Constituye, por tanto, una vía alternativa al racionalismo, adecuada para los temperamentos más pasionales que analíticos.

(Luis Racionero: Filosofías del underground, pp. 105-106)

De ahí pasa a hacer una afirmación que puede ser cierta o no, pero que Racionero hace de forma tajante:
El amor en su forma actual es una invención cultural relativamente reciente. Se solía considerar como una creación de los trovadores provenzales y de la "vita nuova" florentina. Hoy día está claro que la concepción amorosa tanto de los trovadores como de Dante proviene de los sufis persas a través de Andalucía.

(Luis Racionero: Filosofías del underground, p. 106)

No cabe duda de que el amor es, de hecho, una "invención cultural relativamente reciente", al menos en la forma que tenemos de entenderlo en estos momentos. Ahora, cuesta trabajo creer que se pueda achacar la invención del concepto a una sola corriente filosófica o de pensamiento. Estas cosas suelen ser mucho más complicadas de lo que parece y, por lo general, nacen de la combinación de pensamientos, ideas y corrientes de diversa procedencia. Algo parecido viene a suceder con conceptos como democracia o libertad. Son ideas que van cambiando conforme pasa el tiempo y, en realidad, no tienen un origen tan prístino como Racionero quisiera hacernos creer. Aceptemos, no obstante, que el sufismo seguramente sea una de las influencias más importantes en la idea moderna de amor.

Pero, ¿en qué consiste esta idea sufi del amor? Racionero nos la describe un poco más adelante:
En la ley de la materia o la energía, cuando tengo 8 y doy 3 me quedo con 5; en la ley del amor, cuando tengo 8 y doy 3 me quedo con 11. (...) Además, no se puede amar a una sola persona: o se ama a todo el universo, o lo que se llama amor es un egoísmo a dúo.

Por otra parte, desde la concepción del amor sufi, es imposible amar y pasarlo mal, porque el ser o no correspondido es irrelevante. Un amor no correspondido será una irradiación pasajera que se lanza y de la cual se pasa a irradiar hacia otras cosas y personas. Empeñarnos en irradiar hacia una sola persona y que ésta nos corresponda, es estancarnos en una neurosis obsesiva, lo cual no debe considerarse como un amor ejemplar y abnegado, sino como una estúpida negación de la vida. Hay tantos objetos de amor en el mundo, que encerrarse en uno solo es atentar contra el propio flujo de la vida.

(Luis Racionero: Filosofías del underground, pp. 108-109)

Poco que ver, pues, con el concepto romántico de amor, al menos tal y como lo concebimos popularmente hoy en día. Según la tradición sufí, el amor es algo fluido y amplio, una energía vital que se da no sólo entre dos seres amados, sino que, bien entendido, se extiende a todo lo que nos rodea. O, lo que es lo mismo, que hunde sus raíces en una tradición mística más conectada con las filosofías de Oriente que otra cosa.

lunes, 12 de septiembre de 2011

"The Garden of Love": against the asceticism of the Church.

In The Garden of Love, Blake explicitly criticizes the asceticism of the Church:
I went to the Garden of Love,
And saw what I never had seen;
A Chapel was built in the midst,
Where I used to play on the green.

And the gates of this Chapel were shut,
And Thou shalt not writ over the door,
So I turn'd to the Garden of Love,
That so many sweet flowers bore.

And I saw it was filled with graves,
And tomb-stones where flowers should be;
And Priests in black gowns where walking their rounds,
And binding with briars my joys & desires.

(William Blake: Canciones de Inocencia y de Experiencia, p. 140)

Humble lilly.

Humble, humble lilly:
The modest Rose puts forth a thorn;
The humble Sheep, a threatning horn;
While the Lilly white shall in Love delight,
Nor a thorn nor a threat, stain her beauty bright.

(William Blake: Canciones de Inocencia y de Experiencia, p. 138)

"My Pretty Rose Tree"

Another favorite:
A flower was offerd to me:
Such a flower as May never bore.
But I said I've a Pretty Rose-tree,
And I passed the sweet flower o'er.

Then I went to my Pretty Rose-tree,
To tend her by day and by night.
But my Rose turnd away with jealousy,
And her thorns were my only delight.

(William Blake: Canciones de Inocencia y de Experiencia, p. 134)

How to read this? Did the poet turned down a pretty flower because he thought he had a whole lot of them waiting for him but, in the end, he could not enjoy anything?

"The Sick Rose": satyre or simple love poem?

According to the literary critics who edited this book for the Spanish publisher Cátedra, the poem titled "The Sick Rose" is a "poem with a satyric background where the rose may represent the woman, beauty, romantic love" and may actually be "a veiled attack against the common conception of love as something sinful":
O Rose thou art sick.
The invisible worm
That flies in the night,
In the howling storm,

Has found out thy bed
Of crimson joy:
And his dark, secret love,
Does thy life destroy.

(William Blake: Canciones de Inocencia y de Experiencia, p. 126)

Perhaps they are right. However, I think they read too much into it, as it tends to happen to literary critics. I prefer to read it as a simple love poem. Actually, I think it is much more beautiful that way. The critics dissecting things to death once again?

"Holy Thursday" or the cry against poverty and despair.

William Blake writes when the Industrial Revolution is changing England, destroying the old peasants' lives and starting to lay the foundations of a new society that will replace it. Needless to say, with it, the transition to a new society also brings plenty of suffering and despair:
Is this a holy thing to see
In a rich and fruitful land,
Babes reduced to misery
Fed with cold and usurous hands?

Is that trembling cry a song?
Can it be a song of joy?
And so many children poor?
It is a land of poverty!

And their sun does never shine,
And their fields are bleak & bare,
And their ways are fill'd with thorns
It is eternal winter there.

For where-e'er the sun does shine
And where-e'er the rain does fall,
Babe can never hunger there,
Nor poverty the mind appall.

(William Blake: Canciones de Inocencia y de Experiencia, p. 120)

It is an intrinsic part of Romanticism, of course, although they criticize the negative consequences of modern society in the name of a return to the old ways that will never happen. Theirs is an attitude full of nostalgia.

Favorite poems from "Songs of Innocence".

The two poems I like the most from Songs of Innocence can be found towards the end of the book. The first one is titled The Blossom:
Merry Merry Sparrow
Under leaves so green,
A happy Blossom
Sees you swift as arrow
Seek your cradle narrow
Near my Bosom.

Pretty Pretty Robin
Under leaves so green
A happy Blossom
Hears you sobbing sobbing.
Pretty Pretty Robin,
Near my Bosom.

(William Blake: Canciones de Inocencia y de Experiencia, p. 104)

The other one is titled Night, and it is considerable longer:
The sun descending in the west,
The evening star does shine.
The birds are silent in their nest,
And I must seek for mine.
The moon like a flower
In heavens high bower:
With silent delight
Sits and smiles on the night.

Farewell green fields and happy groves,
Where flocks have took delight;
Where lambs have nibbled, silent moves
The feet of angels bright;
Unseen they pour blessing
And joy without ceasing,
On each bud and blossom
And each sleeping bosom.

They look in every thoughtless nest,
Where birds are covered warm;
The visit caves of every beast,
To keep them all from harm.
If they see any weeping
That should have been sleeping
They pour sleep on their head
And sit down by their bed.

When wolves and tygers howl for prey
They pitying stand and weep;
Seeking to drive their thirst away,
And keep them from the sheep.
But if they rush dreadful
The angels most heedful,
Recieve each mild spirit
New worlds to inherit.

And there the lions ruddy eyes
Shall flow with tears of gold.
And pitying the tender cries,
And walking round the fold,
Saying: wrath by his meekness
And by his health, sickness
Is driven away
From our immortal day.

And now beside thee bleating lamb,
I can lie down and sleep;
Or think on him who bore thy name,
Graze after-thee and weep.
For wash'd in lifes river
My bright mane for ever
Shall shine like the gold
As I guard o'er the fold.

(William Blake: Canciones de Inocencia y de Experiencia, pp. 108-110)

sábado, 10 de septiembre de 2011

Canciones de Inocencia y de Experiencia.

Este volumen bilingüe recoge en un mismo libro dos obras del poeta romántico William Blake que fueron publicadas juntas en vida del autor: las Canciones de Inocencia y las Canciones de Experiencia. Con ello, tenemos entre manos un libro que recopila prácticamente toda la formulación simbólica del autor. Da cierta vergüenza ajena, he de reconocer, reproducir las siguientes palabras recogidas en la propia contraportada del libro: "La inocencia y la experiencia representan tanto estados contradictorios del alma humana como situaciones sociales incompatibles en las que confluyen circunstancias materiales y relaciones sociales que implican un cambio de vida". Casi se diría que los autores del estudio introductorio se hubieran propuesto acabar con sus herramientas de disección todo lo que aún pudiera quedar de vida en las palabras de Blake.

Descripción técnica:
Título: Canciones de Inocencia y de Experiencia.
Autor: William Blake.
Editorial: Cátedra.
Edición: primera edición, Madrid, 1987.
Páginas: 169 páginas, incluyendo introducción.
ISBN: 84-376-0668-3

lunes, 5 de septiembre de 2011

Taoísmo: un pensamiento actual en pleno siglo XXI.

Racionero reivindica la actualidad del taoísmo:
Entre las formas de conocimiento orientales, el taoísmo tiene en nuestros días una relevancia enorme por dos motivos: en el nivel social, porque puede resolver la crisis ecológica creada por la visión judeocristiana de antagonismo a la naturaleza; y en el nivel individual, porque puede poner a la persona en contacto con los ritmos de la naturaleza y con el fluir de las energías en su cuerpo. Veamos sucesivamente estos dos aspectos, que giran en torno a los conceptos que los chinos denominan Li (orden) y Chi (vibraciones).

El taoísmo es una filosofía que excluye el concepto de ley y lo sustituye por el de orden; este orden es como un ritmo armonizando una infinidad de ritmos menores. Algunos pensadores modernos como Granet y Wilheim, según señala Joseph Needham en su monumental Ciencia y civilización en China, han denominado al pensamiento chino "pensamiento asociativo o coordinativo". Este sistema intuitivo-asociativo tiene su propia causación y su lógica. No es supersticioso ni primitivo, sino una forma de pensamiento autóctona y original. Wilheim la contrasta con el "pensamiento subodinativo" característico de la ciencia europea, que pone el énfasis en la causación externa. En el pensamiento coordinativo, los conceptos no se subsumen unos bajo otros, sino que se colocan unos al lado de otros, en una estructura; los sucesos no se influencian unos a otros por actos de causación mecánica, sino por una especie de inductancia. Por supuesto, los pensadores taoístas deseaban igual que los europeos conocer las causas en la naturaleza, pero esto no quería decir lo mismo en China que en los naturalistas de Grecia. El concepto clave del pensamiento chino es Orden, y sobre todo, Estructura. Las cosas se comportan de un cierto modo, no necesariamente debido a acciones anteriores o impulsos de otras cosas, sino debido a que su posición en el universo cíclico, en perpetuo movimiento, les confiere una naturaleza intrínseca que les obliga a ese comportamient. Si no se movieran así, perderían sus posiciones relativas en el conjunto y se convertirían en otra cosa. La naturaleza de una cosa depende de su posición: de ahí la importancia de la estructura.

(Luis Racionero: Filosofías del underground, pp. 96-97)

La relación con la teoría de sistemas debiera ser bien obvia. En este sentido, el taoísmo aún puede ser relevante, al menos como filosofía o aproximación general al estudio de la realidad. Racionero puede tener razón en su reivindicación de una metodología más flexible, abierta y totalizante que el mecanicismo ramplón y, de hecho, algo de esto ya hemos ido viendo en las últimas décadas. Aunque la ciencia aún guarde muchos de sus hábitos de antaño, ha ido adquiriendo una conciencia cada vez más clara de la interrelación entre los distintos fenómenos que estudia. De ahí que haya crecido el interés no sólo por la ya mencionada teoría de sistemas, sino también por temas como el estudio de la complejidad y el caos.

En cualquier caso, creo que cualquier observador medianamente objetivo estará de acuerdo conmigo si afirmo que las ciencias han ido evolucionando recientemente hacia un nuevo paradigma más centrado en una visión sistémica, asociativa y organicista de las cosas:
Este pensamiento organicista es necesario para extirpar las raíces filosóficas de nuestra crisis ecológica; raíces que consisten en las dualidades hombre-naturaleza, espíritu-materia, dios-creación, introducidas erróneamente por la tradición judeocristiana, y en la asimilación de lo vivo a una máquina, realizada por la reductiva ciencia mecanicista del siglo XVII.

(Luis Racionero: Filosofías del underground, p. 101)

No obstante, estamos aún en mitad del proceso que nos conduce hacia este otro paradigma. Nos encontramos en transición. Y se trata quizá de una transición en la que tiene mucho que ver la influencia del pensamiento contracultural allá por la década de los sesenta.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Reflexiones sobre la lengua china.

Racionero hace unas reflexiones sobre la lengua china que, en verdad, ignoro si se ajustan a la realidad o, por el contrario, no hacen sino idealizarla:
En chino no hay nombres sino sucesos que le pasan a algo: modos de unos tipos de acción. Por ejemplo: el ideograma para comensal es un hombre y un fuego. "Un verdadero sustantivo, una cosa aislada, no existe en la naturaleza. Las cosas son sólo puntos terminales o más bien, los puntos de encuentro de acciones. Un verbo puro, un movimiento abstracto tampoco es posible en la naturaleza. El yo ve el sustantivo y el verbo como una sola cosa: cosas en movimiento o movimiento de las cosas". (E. Fenollosa, La escritura china).

(Luis Racionero: Filosofías del underground, p. 94)

¿Es realmente así o, por el contrario, Racionero está idealizando (y hasta tergiversando) las cosas? No iba a ser la primera vez que se echa mano de lo exótico para ilustrar un punto de vista, precisamente porque, al ser exótico, lo ignoramos más y es más difícil demostrar que lo que se está diciendo es falso.

Platón vs. Patanjali, filosofía vs. yoga.

Racionero contrapone Platón y Patanjali, pensamiento filosófico y yoga, como clara ilustración de los diferentes caminos que tomaron Occidente y Oriente, respectivamente:
En este programa de uso de la mente se separaron Oriente y Occidente: para llegar al conocimiento, Occidente razona, mientras que Oriente respira. Occidente construye cadenas de argumentos con palabras y conceptos, según unas reglas llamadas lógicas. Esta forma de conocimiento fue propuesta como única válida por los griegos y aceptada después por los europeos, que le añadieron en el siglo XVII el método empírico de observación visual ayudada por aparatos de medición. Es un método muy útil, muy productivo y que ha creado la tecnología moderna. Pero es sólo uno de los métodos de conocimiento, no el método; es un juego con ciertas reglas, un acuerdo entre caballeros que sirve para investigar y manipular algunos aspectos de la naturaleza. Es el juego mental propuesto por los griegos y que a estas alturas de la historia ya ha dado de sí todas sus novedades y comienza a constreñir a la mente con sus reglas. H. G. Wells decía que la razón ha llegado al final de su viaje, y quizás expresaba el sentir de nuestra generación, que anhela un uso más total de todas las facultades mentales, de todas las formas de conocimiento.

(Luis Racionero: Filosofías del underground, p. 90)

Ya tenemos delineados, pues, dos proyectos de conocimiento radicalmente distintos: razón frente a respiración (Racionero se toma aquí una cierta licencia poética, pues aunque el yoga evidentemente centra su atención en la respiración, tampoco es que se pretenda que la respiración nos dará las repuestas a los interrogantes que tenemos planteados).

Platón y Patanjali se nos presentan entonces como dos modelos contrapuestos:
Las formas de conocimiento alternativas, razón y yoga, quedaron sistematizadas por escrito, por primera vez, en el siglo V a. de J.C. en Platón y Patanjali. Platón hizo un juicio de valor de enorme importancia, que marcó decisivamente la dirección del pensamiento occidental desde entonces; Platón puso a Europa en un viaje mental del que no ha salido todavía. Hay razones para suponer que ese viaje está llevando a nuestra civilización por derroteros peligrosos.

Platón rechazaba las nociones de Heráclito sobre el cambio, e hizo esta opción definitiva para Occidente. Contra el mundo en flujo, Platón estableció un estándar de realidad fijo: las ideas eternas e inmutables. Las palabras son su representación física. Las palabras o conceptos son a la realidad lo que una foto es a una película. El cambio, que según Heráclito y los orientales es la realidad, para Platón era inadmisible, porque el cambio hace imposible el conocimiento, o al menos relativo, y ese tipo de conocimiento, para Platón, no tienen ningún valor.

(Luis Racionero: Filosofías del underground, pp. 90-91)

Es más, para Platón el mundo siempre cambiante no es sino una irrealidad de sombras chinescas. Ahí hunde sus raíces el proyecto entero de filosofía occidental, como bien observara Nietzsche muchos siglos después. Todo el edificio de la filosofía occidental está construido sobre esta metafísica dualista e idealista que construyeran Sócrates y Platón. Por consiguiente, lo que a nosotros nos han parecido diferencias claras de pareceres y distancias absolutamente insalvables entre los distintos pensadores no es, visto desde este otro punto de vista, sino meras trifulcas sin importancia sobre el color en que debemos pintar las paredes de la cárcel que nos encierra.

El haiku como expresión lírica de la filosofía zen.

Entrando ya en el orientalismo, Racionero centra su atención en la forma poética conocida como haiku, vista como expresión lírica del ideal budista zen, que define como una conexión directa con la realidad que nos circunda:
El zen no es una filosofía sino una actitud vital, el cultivo de un estado mental que se relaciona con lo exterior con total inmediatez, sin tiempo ni espacio de por medio. (...) El pensamiento siempre es viejo y nunca puede ser libre porque está sujeto al pasado y no puede ver lo nuevo. (...) El pensamiento sirve para llegar puntualmente a una cita o construir un motor, pero para penetrar el misterio de la experiencia, el pensamiento llega siempre tarde. Es como retener con el pensamiento el placer de un aroma que se va sobre la brisa.

(Luis Racionero: Filosofías del underground, p. 82)

Obsérvese que no consiste en rechazar el uso de la razón como herramienta, sino solamente de criticar su primacía en todos los órdenes de la vida. El racionalismo se encuentra en los fundamentos mismos de la sociedad moderna, con todos sus progresos y libertades individuales. No queda más remedio que reconocerlo. Pero ello no quita para que no deje uno de apuntar también las nefastas consecuencias que puede haber tenido (y que está teniendo) en otros ámbitos de la vida. Al igual que las nuevas tecnologías, la razón no en sí positiva no negativa, sino que todo depende de cómo se use. Bien está hacer uso de la razón para poner en marcha un proyecto o planificar la jornada de trabajo, pero no para dirigirnos a la persona amada.

El zen, por contraposición, subraya la necesidad de lograr una conexión directa con la realidad que nos circunda. Intenta aprehender la realidad sin pasarla por el velo de la razón. Pues bien, el haiku es, como herramienta poética, la expresión perfecta de ese espíritu:
El haiku es la forma poética ideal para expresar impersonalmente la percepción inmediata; es un poema de tres versos de 5, 7 y 5 sílabas, que no busca la belleza, sino la significación, afirmando que la naturaleza real de todas las cosas es poética. Jamás se describe explícitamente la emoción humana pero, con característica reticencia oriental, los fenómenos naturales se usan para reflejarlas.

(Luis Racionero: Filosofías del underground, p. 84)

Lo más cercano que puedo concebir en la tradición occidental es el microrrelato, que está teniendo un enorme éxito últimamente.

sábado, 3 de septiembre de 2011

El crepúsculo de los ídolos.

Considerado por muchos uno de los libros más asequibles (intelectualmente hablando) de Nietzsche, suele ser recomendado como introducción a la filosofía vitalista e irracional del filósofo alemán. En El crepúsculo de los ídolos, Nietzsche arremete despiadadamente contra la filosofía de Sócrates y Platón que ha venido a marcar a todo el pensamiento occidental en su conjunto, acusándoles de iniciar la decadencia del espíritu griego y, con ello, de ser la razón última de la decadencia de nuestro propio mundo.

El libro, también titulado a menudo Cómo se filosofa a martillazos, propone como solución a esta decadencia una "transmutación de los valores" que caracterizan a nuestra civilización, proyecto que después retomarían filósofos como Heidegger y los pensadores postmodernos, que en buena parte vienen a reflejar las inquietudes de nuestro presente.

Ficha técnica:
Título: El crepúsculo de los ídolos.
Autor: Friedrich Nietzsche.
Editorial: Folio.
Edición: primera edición, Colección Grandes Ideas, Barcelona (España), 2007 (1889).
Páginas: 127 páginas.
ISBN: 84-413-2201-5

miércoles, 31 de agosto de 2011

Un socialismo libertario frente al industrialismo centralista, gris y jerarquizado.

Por último, junto al Romanticismo y la influencia de Hermann Hesse, Racionero también señala al anarquismo o socialismo libertario como último elemento que influye en la corriente individualista y de rebeldía del underground. En este sentido, siguiendo la ortodoxia anarquista (que también existe, como no podía ser menos), Racionero culpa al sedentarismo de los grandes males de la Humanidad:
En cuanto el hombre deja de ser cazador nómada recolector, y se asienta como campesino, acotando terrenos de familia o clan, aparecen la ciudad y la guerra. La ciudad sobre la base de los excedentes de producción de la flamante agricultura sedentaria; la guerra y el ejército para defender o tomar lo apropiado y apropiable. Ni la ciudad ni la guerra existen en la naturaleza, son una invención humana causada por la agricultura sedentaria y el derecho de la propiedad.

(Luis Racionero: Filosofías del underground, p. 65)

He de reconocer que, personalmente, dicha descripción me parece excesivamente simplificadora. Cierto, el sedentarismo probablemente se encuentre detrás del concepto de propiedad, el de familia entendida desde un punto de vista más estricto y también cabe pensar que haya sido la causa principal de los modos de organización jerarquizada, las clases sociales y la apropiación del excedente (esto último porque, sencillamente, antes apenas se daba). Todo ello me parece probable, aunque no tengo los conocimientos necesarios de antropología como para saber si nada de ello ha quedado demostrado fehacientemente (no que esto parezca molestar a Racionero, capaz de lanzarse a hacer afirmaciones como éstas sin prueba alguna). Ahora bien, el asunto de la guerra me parece mucho más discutible, sobre todo teniendo en cuenta que este tipo de conflictos se dan hasta entre primates de lo más cercano al hombre. ¿Qué la mayor organización social pueda haber incrementado la fuerza destructiva del ser humano en sus conflictos? Seguramente. Pero dudo mucho que podamos achacar la existencia de guerras a la sedentarización.

Mucho más acertado me parece Racionero al describir las críticas del underground contra el marxismo y los sistemas del llamado socialismo real:
El marxismo, al ser un socialismo científico, cae en la misma forma de pensamiento que el utilitarismo: el mismo cientifismo racionalista que acaba llevando a la promediación del hombre, a la concentración industrial, al gigantismo burocrático, al sacrificio de la individualidad humana en aras de entelequias racionalistas como "las masas" (en el marxismo) o "la utilidad" (en el capitalismo).

(Luis Racionero: Filosofías del underground, p. 68)

En otras palabras, capitalismo y socialismo marxista comparten un mismo tronco común: el pensamiento racionalista, cientifista y, en último término, la metafísica dualista que heredamos de la Grecia clásica. Nada de esto tiene nada que ver con la apuesta del underground y, entre todas las ideologías políticas contemporáneas, ciertamente el anarquismo parece ser la única que se esfuerza por encontrar un nuevo camino. De ahí las conexiones subterráneas entre anarquismo, romanticismo, orientalismo, etc. Como bien afirma Racionero, todas ellas apuestan por un mundo fundamentalmente diferente:
Para recuperar la escala humana, tanto la descentralización tecnológica como la urbana, tropiezan con un obstáculo enorme: ambas exigen una fragmentación del poder político y económico. (...) Los conceptos anarquistas de comunidad equilibrada, democracia cara a cara, tecnología humanista y sociedad descentralizada son hoy día no tan sólo deseables, sino imprescindibles.

(Luis Racionero: Filosofías del underground, pp. 73-74)

Suena utópico, ¿verdad? Haciendo un repaso general a las fuerzas políticas más representativas de la actualidad, solamente los partidos verdes parecen acercarse, creo, a este tipo de propuestas de las que habla Racionero.

Hermann Hesse y la nueva moral.

También Hesse, para Racionero, va tanteando en busca de la nueva moral del hombre contemporáneo. Se trata de una moral más abierta y flexible que la que heredamos de la tradición judeocristiana occidental:
Hermann Hesse se lee en el "underground" porque actualiza una cuestión de fondo planteada por Dostoievsky y más tarde por Nietzsche: la necesidad de una nueva ética. (...) La vieja moral judeocristiana es demasiado estrecha para el hombre contemporáneo, al cual constriñe con un excedente de represión que ya no puede justificar.

(Luis Racionero: Filosofías del underground, p. 52)

En esto, como en tantas otras cosas, Hesse y los románticos conectan no sólo con Nietzsche y Dostoievsky, sino también con los pensadores postmodernos contemporáneos. También estos luchan por construir una nueva moral alejada de moralinas y normativas tajantes, abierta y fluida, tolerante y que evite el etnocentrismo. Se trata de reivindicar la importancia del pensamiento débil frente a los sistemas filosóficos de antaño que, aún pareciendo sólidos, escondían en realidad la fragilidad de su propia incapacidad para adaptarse a una realidad en constante cambio. Pero, cuidado, porque no debemos confundir esta nueva moral con el todo vale o el hedonismo descerebrado, como explica Hesse en su novel Demian:
"No quiero decir que debes hacer simplemente todo lo que te pase por la cabeza. No. Pero no debes cortar y rechazar esas ideas exorcizándolas o moralizando sobre ellas. Debes tratar tus impulsos y las llamadas tentaciones con respeto y amor. Entonces te revelerán su significado, y todas ellas tienen significado. Si te viene otra vez al pensamiento algo verdaderamente loco o pecaminoso, si quieres matar a alguien o cometer alguna enormidad, Sinclair, piensa en ese momento que es Abraxas quien está fantaseando dentro de ti. La persona que quieres eliminar no es nunca, por supuesto, el Sr. X, sino una mera excusa. Si odias a una persona, es porque odias algo en ella que está dentro de ti; lo que no es parte de nosotros, no nos inquieta".

(Luis Racionero: Filosofías del underground, p. 56)

Esa última frase tiene claras resonancias con la filosofía oriental, que es precisamente la segunda pata de ese taburete que Racionero llama filosofías del underground. O, lo que es lo mismo, no podemos entender esta nueva moral sin conectarla con un cierto espiritualismo que tampoco debe confundirse con la fe tradicional, aferrada a sus dogmas y sus jerarquizadas instituciones. Conviene tener bien presente que cualquier aproximación a esta moral del superhombre sin apoyarse en esa vena espiritual puede conducir a excesos devastadores. No hará falta, seguramente, que recuerde los grandes crímenes cometidos durante el siglo XX.

Byron y la imaginación rebelde como nueva moral.

Racionero ve en la vida y obra de Byron una afirmación de los principios fundamentales del Romanticismo, así como una reacción contra la vida gris, controlada, jerarquizada y aburrida que la incipiente sociedad industrial ya dejaba entrever. Pero, en su opinión, la rebeldía de Byron va mucho más allá de la mera crítica, adquiriendo una connotación positiva (en el sentido dialéctico, al menos) en lo que supone de tanteos y experimentos con una nueva moral que haga resurgir al hombre de sus cenizas:
Byron es el primero en la serie de escritores continuada por Dostoievsky, Nietzsche y Hesse, que plantea la exigencia de una moralidad nueva. (...) Byron plantea la Revolución Cultural romántica contra el clasicismo de la Inglaterra imperialista, comercial y aburguesada. Dice Herbert Read que los clásicos son raccionarios en política porque el clásico quiere imponer un orden al flujo exuberante y barroco de la vida. Los románticos quieren nadar en ese río, romper los diques de la razón clásica y fluir libremente en el río de las emociones. Por eso mismo son revolucionarios en política: razón es autoritarismo, emoción es libertad; los románticos, aunque algunos racionalistas pretendan lo contrario, son los auténticos revolucionarios culturales, anarquistas morales y emocionales no asimilables por el sistema.

(Luis Racionero: Filosofías del underground, pp. 41-42)

Ciertamente, visto de esta forma, la conexión entre el Romanticismo y pensadores como Nietzsche o escritores como Dostoievsky y Hesse debiera ser más o menos evidente. Todos ellos levantan acta de la podredumbre que les rodea, tienen la visión suficiente para observar que el nuevo mundo industrial que se alza ante sus ojos promete sin duda la satisfacción de las necesidades materiales (aun a costa de dejar de lado las preocupaciones espirituales) y se proponen hacer tabula rasa con todo ello y apostar por una nueva moral que, en el caso de Nietzsche, llamaría del superhombre. Con ello no quería sino subrayar que se trataba de un hombre nuevo, construido desde cero, modelado con la arcilla informe que nos dejaba el hombre racionalista e industrial. En parte, cabría decir que aún estamos construyendo esa nueva moral hoy día, reconstruyéndolo el puzzle con piezas de los románticos y Nietzsche, Dostoievsky y Hesse, pero también de Foucault, Derrida y Deleuze, entre muchos otros. Si los conservadores de hoy día les desprecian tanto es precisamente por eso, porque sus respectivos pensamientos representan el embrión de algo nuevo que aún está por venir. Llevamos ya más de un siglo modelando y construyendo y todavía no se aprecian las formas de esa nueva moral del futuro, pero todo parece indicar que es lo que nos espera.

martes, 30 de agosto de 2011

Helenismo, cristianismo y esquizofrenia.

Racionero lanza una potenta andanada contra dos de los pilares fundamentales de la civilización occidental mientras comenta los puntos esenciales del romanticismo de Blake:
Los griegos partieron al hombre en cuerpo y cabeza, emociones y razón; los cristianos, en cuerpo y espíritu. El actual animal racional que pulula llenando la vida de despropósitos es el producto de dos esquizofrenias, helenismo y cristianismo, cada uno de los cuales es a su vez esquizofrénico.

(Luis Racionero: Filosofías del underground, p. 30)

No anda muy lejos de las posiciones que han mantenido más recientemente los pensadores postestructuralistas en su intento de desmontar el dualismo metafísico occidental siguiendo los pasos de Nietszche. Una vez más, lo sensato sería sostener un sabio punto medio que evite los extremos, afirmando así a ambos, cuerpo y cabeza, emociones y razón, cuerpo y espíritu, en lugar de aferrarse a uno de los elementos del binomio mientras rechazamos el otro en una estéril lucha contra molinos de vientos que no puede sino terminar en derrota anunciada. Pero, claro, mantener ese sano equilibrio no es nada fácil. Puede llevar toda una vida sin que uno acierte a encontrarlo.

La revolución romántica de Blake.

La primera gran corriente que Racionero estudia como componente fundamental de la gran corriente underground es el romanticismo inglés, firme defensor de la imaginación y los sentimientos, lo irracional y oculto, frente al imparable avance de un racionalismo encarnado en el naciente capitalismo industrial:
Blake fue el primero que, en medio del entusiasmo y la admiración por la ciencia y la tecnología de la revolución industrial, denunció el esclavizamiento físico que traerían los "oscuros molinos satánicos" (dark satanic mills) y la esclavización mental que causaría la "visión única y el sueño de Newton". Blake fue el primero en cuya obra la liberación mental y la social están inseparablemente tratadas.

(Luis Racionero: Filosofías del underground, pp. 25-26)

Conviene no olvidar, eso sí, que muchos de esos escritores románticos ingleses fueron en realidad hijos de la clase acomodada, ricachones con suficiente tiempo libre como para dedicarse a sus poesías y sus viajes mientras la mayoría de sus conciudadanos se afanaban en salir adelante en los sucios barrios industriales que tan claramente describieran Dickens o Engels. Obviamente, no por ello dejaban de tener parte de razón en sus admoniciones contra los excesos de una industrialización forzada que hundía a sectores enteros de la población en la miseria para enriquecer a unos cuantos, al tiempo que hacía añicos la alta cultura que había existido hasta entonces. Porque, no lo olvidemos, buena parte de la reacción romántica ante el proceso industrializador tiene bastante que ver con un elitismo reaccionario y nostálgico de la sociedad aristocrática que ya estaba en claro declive, aunque ello no quite para que reconozcamos que, desde entonces, sus quejas son precisamente las mismas que venimos repitiendo todos los que nos empeñamos en defender parcelas de libertad y autonomía individuales frente a una estructura social cada vez más poderosamente uniformizadora. En ese sentido, todavía se le puede sacar partido al romanticismo.

lunes, 29 de agosto de 2011

Revolución personal y revolución política van de la mano.

Uno de los aspectos más importantes de la contracultura de los años sesenta que ha dejado una marca indeleble en los movimientos sociales que la han seguido es la conexión directa que logró hacer entre vida personal y vida social, que hasta entonces habían estado separadas en compartimentos estanco:
Nuestra hipótesis de trabajo es que revolución psicológica y praxis política se entralazan dialécticamente en todo proceso de cambio social. Una revolución personal sin un cambio político que permita exteriorizarla no tiene sentido, pero tampoco es verdadera una revolución política sin un cambio en las estructuras mentales, emocionales y culturales del individuo.

(Luis Racionero: Filosofías del underground, p. 17)

Tan acostumbrados estábamos a la hipocresía social imperante (esto es, a aparentar una cosa en sociedad y después comportarnos como nos venía en gana en la esfera privada, sobre todo en cuestiones de moral sexual) que la afirmación de la necesidad de una coherencia entre los postulados que se mantenían en público y cómo se desempeñaba uno en su vida privada llegó a verse como una auténtica revolución social y política. No era para menos en un contexto tan pacato como el de las sociedades occidentales de los años cincuenta y principios de los sesenta.

Todo esto dejó, como decíamos, una clara influencia en los nuevos movimientos sociales y los partidos verdes a través de la nueva izquierda estadounidense y europea. La política pasó a concebirse como algo que se extendía a la esfera de la vida cotidiana, algo que podía realizarse no solamente en las instituciones elegidas a tal efecto, sino también en el seno mismo de nuestras familias y nuestas relaciones personales, por no hablar de otras instituciones sociales, como la escuela, el barrio o la universidad. Este concepto más amplio de lo político llegó con los años sesenta para quedarse y todavía pervade nuestro discurso político.

Filosofías irracionales

Racionero no pierde el tiempo y entra ya en definiciones desde la primera página:
Si de algún modo pudiera caracterizarse el multiforme espectro de filosofías que inspiran el underground, su concepto unificador sería el de filosofías irracionales. Todas ellas, subjetivas u objetivas, tienen unos supuestos de partida distintos del racionalismo, ninguna acepta los métodos de conocimiento ni los axiomas del pensamiento racional. Esto no quiere decir que sean incoherentes, absurdas e inútiles; por el contrario, pueden ser tan estructuradas, eficaces y consistentes como el racionalismo: los libros de Carlos Castaneda son una prueba de ello. Son, sencillamente, otros métodos de conocimiento, otras formas de amor a la sabiduría distintas del racionalismo. Nótese: esto no es un libro contra el racionalismo, sino contra el monopolio racionalista de las formas de conocimiento, que radicaliza el racionalismo hasta convertirlo en un modo de autoritarismo mental.

Todas estas filosofías irracionales se parecen en una cosa: no buscan la verdad, sino una experiencia psicológica; no pretenden concatenar argumentos para deducir otros argumentos, sino que buscan un estado de ánimo, una fusión del concepto mental con el estado físico del cuerpo que lleve a un estado psicosomático nuevo. Este estado al que propenden las filosofías irracionales se puede connotar por las palabras energía, vitalidad, placer, gozo, serenidad. El objetivo de estas filosofías es algo que no se demuestra por argumentaciones, sino que se evidencia por experiencias. Tampoco tiene esto nada que ver con irracionalismos del tipo de nazis, stalinistas o testigos de Jehová. Es un irracionalismo basado en las grandes tradiciones filosóficas no socráticas. Su reivindicación se debe al fracaso de la filosofía racionalista para dar un propósito a la sociedad y unos valores que subordinen los medios tecnológicos a los fines humanos, lo cual ha llevado a la generación actual a la búsqueda de otros métodos de utilización de lamente distintos del racionaismo. Esta búsqueda cristalizó, en las condiciones objetivas favorables de la década de los sesenta, en un movimiento de amplia repercusión cultural que se ha dado en llamar el underground.

(Luis Racionero: Filosofías del underground, pp. 9-10)

Hay que andarse con mucho cuidado con esto de mantener posturas irracionalistas. Racionero afirma que poco tiene que ver la actitud del underground con nazismos, estalinismos y fundamentalismos religiosos. Cierto. Pero, no obstante, en el momento de criticar el racionalismo desde posturas irracionalistas siempre se cae en el riesgo de caer en el extremo opuesto. Y es que, como de costumbre, los extremos se tocan y son ambos igualmente peligrosos. El objetivo debiera ser encontrar el sabio punto medio, que es precisamente lo que se proponía la contracultura entendida en su sentido original (esto es, como esfuerzo por equilibrar la cultura, que no por llevarle le contraria). Conviene tener esto siempre bien presente. Los excesos del irracionalismo pueden ser tan feroces como los del racionalismo, y de nada valdrá salir de las fauces del lobo para meternos en las del león.

En todo caso, encontramos aquí, en la cultura underground de los años sesenta, las bases del relativismo contemporáneo que después de extendería por todas las sociedades desarrolladas en forma de postmodernismo, para bien y para mal. Siempre he pensado que no está de más un sano relativismo (de la misma forma que siempre se agradece un cierto escepticismo), pero sin llevarlo al extremo de afirmar el todo vale que parece haberse adueñado de nuestras sociedades desde la década de los ochenta. Volvemos así a lo que mencionaba antes: la sensatez del sabio punto medio, una vez más. El relativismo absoluto no conduce sino a la decadencia cultural y civilizatoria, pero no por ello debemos rechazar necesariamente sistemas filosóficos irracionales que pueden contribuir a mejorar la vida de muchos individuos e incluso de sociedades en su conjunto, aunque sólo sea haciendo de contrapeso al economicismo y racionalismo imperantes.

Filosofías del underground

Este libro intenta desentrañar las diversas corrientes de pensamiento que confluyen en el movimiento underground. Se consideran tres afluencias principales: las filosofías de tipo individualista, románticas, anarquistas y amorales que culminan en Hesse; las filosofías orientales, que más allá de collares y pses, han influido seriamente en el underground al darle una visión alternativa del mundo, basada en flujo y transformación en vez de la inmutabilidad griega y las dualidades judeo-cristianas; y por último, las filosofías psicodélicas, nacidas de los experimentos realizados con sustancias que cambian las conexiones cerebrales y que confirman la existencia de diferentes estados de consciencia, planteando un relativismo de la realidad en contra del monopolio del racionalismo de la inmaculada percepción.

Descripción técnica:
Título: Filosofías del underground.
Autor: Luis Racionero.
Editorial: Anagrama.
Edición: quinta edición, Barcelona (España), octubre 1989 (1977).
Páginas: 190
ISBN: 84-339-1204-6

El arte de vivir a través de los cinco sentidos

Para ser sensual es imprescindible tener una mente sana en un cuerpo afinado. No cabe el desequilibrio, sino la mesura, a la hora de cultivar el placer de los sentidos. Cada uno de los sentidos es objeto de un arte: la gastronomía es el arte del gusto, como el sexo es el arte del tacto y el erotismo el de los cinco juntos. Por ello vale tanto disfrutar de la música, perseguir las huellas del aroma o vislumbrar el reflejo de las nubes; sólo es necesario mantener los sentidos limpios, abiertos y claros. Con esta obra sutil y refinada, Luis Racionero nos propone alcanzar un fin más general: vivir bien, hacer de la vida una obra de arte.

Hace ya muchos años que leí por primera vez a Racionero. Sería allá a mediados o finales de los años ochenta, cuando me adentré en las páginas de Filosofías del underground. Desde entonces, he tratado de leer todo lo que escribe, y la verdad es que hasta el momento no me he sentido defraudado... aunque he de reconocer que aún no me he acercado a sus libros más recientes. El presente libro, repleto de anécdotas y reflexiones puramente personales, se alza como un claro ejemplo de epicureísmo en la mejor tradición mediterránea. Racionero defiende un hedonismo que poco tiene que ver con el gusto por los excesos, que es tal y como por desgracia se interpreta el concepto hoy en día.

Descripción técnica:
Título: El arte de vivir a través de los cinco sentidos.
Autor: Luis Racionero.
Editorial: Temas de Hoy.
Edición: primera edición, Madrid, septiembre 1989.
Páginas: 167 páginas.
ISBN: 84-86675-88-X

miércoles, 24 de agosto de 2011

De la mística a la idolatría.

Colinas concluye la segunda parte de su libro (Tratado de signos, sobre San Juan de la Cruz y los místicos españoles) con una reflexión sobre la idolatría a que la Iglesia Católica ha sometido su obra con posterioridad:
Ya muerto, llegó el reparto de los huesos —reliquias, el macabro ritual de partir el cuerpo sin saber que él ya no estaba allí, en la carne y en los huesos, en la tierra, sino fuera, en la luz. La luz que ellos no veían ni comprendían. ¿Inútil la lección del ejemplo de su vida, la lección del silencio y las nadas?

(Antonio Colinas: Tratado de armonía, p. 138).

Nada nuevo bajo el sol, por supuesto. Es lo mismo que la Iglesia ha hecho con un buen número de místicos y santos, como no podía ser de otra manera. Las instituciones cosifican, regulan, burocratizan y disecan la vida misma. Es su función. Es lo que saben hacer. La Iglesia no iba a ser una excepción.

domingo, 21 de agosto de 2011

Desacralización y mundo moderno.

Una pregunta que guió toda la obra de Mircea Eliade:
¿Por qué, a medida que pasan los años, el mundo tiende a desacralizarse ante nuestra mirada?

(Antonio Colinas: Tratado de armonía, p. 42)

A nadie se le oculta que, efectivamente, la desacralización forma parte intrínseca de la Modernidad. La cuestión en plantearse si lo que ha dado en llamarse postmodernidad tiene la fuerza suficiente como para contrarrestar esos efectos o, por el contrario, como mantienen otros, no es sino una extensión de la Modernidad (de ahí, por cierto, su nombre). En cualquier caso, la desacralización del mundo es evidente. Y nótese, por cierto, que Colinas no se refiere al mero retroceso de las creencias religiosas, sino más bien al fin del misterio, de la poesía, de lo simbólico. En los últimos siglos hemos ido sustituyendo todo ello por la rutina, lo racional, lo empírico y cotidiano. Ahí hunde sus raíces el malestar contemporáneo.

sábado, 20 de agosto de 2011

Sobre el origen divino de la mujer.

Colinas también deja entrever, junto a las reflexiones místicas que predominan en este libro, su parte más secularmente poética, como en el siguiente canto a las virtudes de la mujer:
A veces, la mujer es ese resquicio por el que el mundo deja ver su carácter divino. El cuerpo de la mujer a nuestro lado o entre nuestras manos; el buen oro de lo misterioso fundido y solidificado, el Sueño cristalizado, la prueba de la sacralidad del mundo.

(Antonio Colinas: Tratado de armonía, p. 23)

La mujer como ideal, como materialización de lo divino en este mundo corporal y desacralizado, algo que conecta directamente con el ideal romántico y éste, a su vez, con la tradición de amor cortesano de los trovadores renacentistas. ¿Se trata, sin embargo, de un estereotipo machista? O, por el contrario, ¿a lo mejor somos nosotros quienes, a fuer de modernizaciones, hemos dado la espalda a un mundo donde todavía existía el encanto? Seguimos haciéndonos la pregunta.

Sobre poetas y poesía.

Colinas comparte con nosotros unas palabras de Alexandr Blok en las que define la poesía:
"¿Quién es un poeta? ¿Una persona que escribe versos? No, claro que no. Se llama poeta no porque escriba en verso sino porque dota de armonía al sonido y a la palabra, porque él es hijo de la armonía. ¿Y qué es la armonía? La armonía es el acuerdo entre las fuerzas del mundo y el orden de la vida del mundo".

(Antonio Colinas: Tratado de armonía, p. 23)

Recuerda, evidentemente, al taoísmo y su ideal de armonía con la naturaleza. Un concepto, por cierto, el de armonía, que cada vez tenemos más olvidado en esta sociedad de las prisas donde lo que preocupa es la rapidez y la eficiencia por encima de todo.

Capacidad para reconocer signos.

La parte esotérica y mística de este libro comienza ya antes de la primera página, en las citas que se incluyen antes de comenzar la lectura, como el siguiente dicho sufí:
Lo que hay que adquirir es la capacidad de reconocer signos. Esta es la ciencia más alta.

(Antonio Colinas: Tratado de armonía)

Yo no sé a otros lectores, pero a mí, quizá por deformación profesional, esta cita me recuerda un poco a la premisa de la película The Matrix, en la que se juega con la idea de un mundo completamente virtual que, no obstante, nos parece completamente real. El protagonista, Neo, destaca precisamente por su capacidad para interpretar los signos en esa realidad virtual, por su capacidad para ver más allá de la superficie y reconocer el código que subyace a todo. Al fin y al cabo, lo que verdaderamente vale la pena es dar un paso para atrás y poder reconocer las tendencias, las grandes corrientes que orientan la vida cotidiana.

Tratado de armonía

Según nos cuenta el propio autor en el prólogo a este libro, comenzó a trabajar en la obra durante los primeros días de 1968. Aunque en un principio pensó que estaba escribiendo nuevas páginas de su Diario, conforme seguía escribiendo se dio cuenta de que aquello adquiría una personalidad propia en torno a un tema unitario: la idea de armonía. Tratado de armonía es, de hecho, un libro inclasificable. Contiene reflexiones, aforismos, impresiones, contemplaciones, sugerencias, apuntes... un poco de todo. Si acaso, como bien indica Colinas en su prólogo, la idea que subyace a todo ello es la de armonía con la naturaleza, una cierta idea de unidad mística con el todo que nos rodea. Una segunda parte del libro, Tratado de signos, es un homenaje a San Juan de la Cruz, a quien leyó Colinas en los veranos de 1989 y 1990 junto a las obras de Teresa de Ávila y otros autores místicos mientras viajaba por las ciudades y rutas de la mística española. El libro entero está insuflado de ese espíritu.

Ficha técnica:
Título: Tratado de armonía.
Autor: Antonio Colinas.
Editorial: Tusquets.
Edición: primera edición. Barcelona (España), junio de 1991.
Páginas: 143 páginas, incluyendo índice onomástico.
ISBN: 84-7223-369-3

sábado, 13 de agosto de 2011

Maestría de un narrador de historias cortas.

La historia titulada El proveedor de iniquidades Monk Eastman comienza con clásica maestría sintetizando la historia entera en un sólo párrafo:
Perfilados bien por un fondo de paredes celestes o de cielo alto, dos compadritos envainados en seria ropa negra bailan sobre zapatos de mujer un baile gravísimo, que es el de los cuchillos parejos, hasta que de una oreja salta un clavel porque el cuchillo ha entrado en un hombre, que cierra con su muerte horizontal el baile sin música. Resignado, el otro se acomoda el chambergo y consagra su vejez a la narración de ese duelo tan limpio. Ésa es la historia detallada y total de nuestro malevaje. La de los hombres de pelea en Nueva York es más vertiginosa y más torpe.

(Jorge Luis Borges: Historia universal de la infamia, p. 59)


viernes, 12 de agosto de 2011

Pragmatismo sin fin.

La historia titulada La viuda Ching, pirata recoge un episodio de pragmatismo tan excesivo que, sin duda, lo identificaríamos con la astucia oriental donde lo sitúa el autor:
Hacia 1797, los accionistas de las muchas escuadras piráticas de ese mar fundaron un consorcio y nombraron almirante a un tal Ching, hombre justiciero y probado. Éste fue tan severo y ejemplar en el saqueo de las costas, que los habitantes despavoridos imploraron con dádivas y lágrimas el socorro imperial. Su lastimosa petición no fue desoída: recibieron la orden de poner fuego a sus aldeas, de olvidar sus quehaceres de pesquería, de emigrar tierra adentro y aprender una ciencia desconocida llamada agricultura. Así lo hicieron, y los frustrados invasores no hallaron sino costas desiertas. Tuvieron que entregarse, por consiguiente, al asalto de naves: depredación aun más nociva que la anterior, pues molestaba seriamente al comercio. El gobierno imperial no vaciló, y ordenó a los antiguos pescadores el abandono del arado y la yunta y la restauración de remos y redes. Éstos se amotinaron, fieles al antiguo temor, y las autoridades resolvieron otra conducta: nombrar al almirante Ching, jefe de los Establos Imperiales. Éste iba a aceptar el soborno. Los accionistas lo supieron a tiempo, y su virtuosa indignación se manifestó en un plato de orugas envenenadas, cocidas con arroz. La golosina fue fatal: el antiguo almirante y jefe novel de los Establos Imperiales entregó su alma a las divinidades del mar.

(Jorge Luis Borges: Historia universal de la infamia, pp. 47-48)

La historia incluye todos los estereotipos sobre la personalidad de los orientales (pragmatismo, traición, astucia...), pero see lee con gozo y hasta una sonrisa en los labios.

jueves, 11 de agosto de 2011

Inteligente truco: evitar la perfección para no levantar sospechas.

El caso del impostor Tom Castro, ayudado por su fiel Bogle, se ha convertido ya en un clásico del que cabe obtener, además, algunas enseñanzas:
...nos consta que presentó un Tichborne fofo, con sonrisa amable de imbécil, pelo castaño y una inmejorable ignorancia del idioma francés. Bogle sabía que un facsímil perfecto del anhelado Roger Charles Tichborne era de imposible obtención. Sabía también que todas las similitudes logradas no harían otra cosa que destacar ciertas diferencias inevitables. Renunció, pues, a todo parecido. Intuyó que la enorme ineptitud de la pretensión sería una convincente prueba de que no se trataba de un fraude...

(Jorge Luis Borges: Historia universal de la infamia, p. 37)


O, lo que es lo mismo, cuando se intenta cometer un fraude conviene siempre no hacer las cosas con demasiada perfección, lo cual no haría sino levantar sospechas. Inteligente, sin duda. Ahora hay que asegurarse de que tanto arrogante que se cree perfecto entiende la lección.
Maravillosa forma de iniciar el libro:
En 1517 el Padre Bartolomé de las Casas tuvo mucha lástima de los indios que se extenuaban en los laboriosos infiernos de las minas de oro antillanas, y propuso al emperador Carlos V la importación de negro, que se extenuaran en los laboriosos infiernos de las minas antillanas.

(Jorge Luis Borges: Historia universal de la infamia, p. 17)

Me gusta no sólo por lo que tiene de romper mitos (que siempre viene bien), sino por la fina ironía con que Borges lo expresa. Lejos de lanzar una andanada directa contra Bartolomé de las Casas y el racismo de los conquistadores, prefiere soltarlo con ligereza y cierto distanciamiento. Uno imagina la sonrisilla traviesa al dejar escrita esa larga frase en el cuaderno. Ignora uno hasta qué punto la afirmación de Borges pueda ser correcta históricamente, pero es lo de menos. Cuando tantas salvajadas se cometieron durante la conquista de América, asuntos como éste carecen más bien de importancia. La realidad indiscutible es que, durante mucho tiempo (quizá demasiado tiempo), los españoles nos aferramos a la figura de Bartolomé de las Casas como a clavo ardiendo para salvar un poco el honor, en lugar de afrontar con honestidad la evidencia de los excesos cometidos durante nuestra aventura imperial.

Historia universal de la infamia

Colección de cuentos en la que Borges recopila las historias de una serie de personajes, a cuál más peculiar: Lazarus Morell, "emancipador" de esclavos; Tom Castro y sy falsa identidad; la viuda Ching, comandante de cuarenta mil piratas; Monk Eastman, pistolero de Nueva York; el asesino Billy the Kid en Arizona; Kotsuké no Suké, perverso funcionario japonés, y Hakim de Merv, profeta enmascarado del Turquestán. Borges añade al final un cuento titulado Hombre de la esquina rosada y un Etcétera donde se reúnen varios textos sobre magia.

Descripción técnica:
Título: Historia universal de la infamia.
Autor: Jorge Luis Borges.
Editorial: Destino/Emecé.
Edición: primera edición, segunda reimpresión. Madrid (España), octubre de 2010.
Páginas: 152 páginas, incluyendo nota final de Jorge García López.
ISBN: 978-84-233-3672-2

"Balada de las noches bravas": bien, pero sin pasarse

En conclusión, Baladas de las noches tristes está bien. Se disfruta con su lectura, siempre y cuando uno prefiera más las novelas de "alta literatura" o "literatura seria" que la de best sellers. Si uno prefiere los libros que se leen como películas, donde la acción transcurre a velocidad vertiginosa y siempre hay algún misterio que resolver, el libro de Ferrero se quedará corto. No hay por qué hablar bien de lo uno y denostar lo otro. Simplemente estoy haciendo una advertencia para los distintos tipos de lectores que hay ahí fuera. Es más, incluso para quienes disfrutan con la literatura con pretensiones más artísticas (por contraposición a la que solamente aspira a entretener), este libro de Jesús Ferrero puede quedarse corto. Definitivamente, no llega a estar a la altura, creo, de obras anteriores como Opium o Bélver Yin. Aquellas otras novelas tenían una cierta sensualidad que, aunque presente en esta otra, no llega a adquirir forma. Balada de las noches tristes casi se lee en ocasiones como la larga (quizá demasiado larga) historia de un grupo de chavales más o menos afortunados en comparación con la mayoría de españoles en aquella época tan gris del tardofranquismo que no hacen sino dar bandazos de un sitio a otro sin dirección alguna y perder el tiempo en devaneos propios de quien tiene mucho tiempo entre sus manos. Sé que suena duro, pero es así.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Religión, ética y costumbres en la Grecia clásica

Sobre el modo que tenían los antiguos griegos de entender la religión y la ética:
Nada me ha sorprendido más de los antiguos griegos que el hecho de constatar que les preocupaba mucho más la conducta moral, la ética y sus relaciones consigo mismos y con los otros que los problemas sexuales o religiosos. ¿En qué nos convertimos tras la muerte? ¿Qué son los dioses? Esas preguntas no tenían importancia alguna para ellos porque no estaban ligadas a la ética, y la ética a su vez no estaba ligada a un sistema legal. Por ejemplo, las leyes contra la mala conducta sexual eran escasas, por no decir inexistentes. Eso no les importaba demasiado, lo que de verdad les interesaba era la construcción de una moral que fuese en realidad una estética de la existencia.

(Jesús Ferrero: Balada de las noches tristes, pp. 323-324)

No sé hasta qué punto todo esto pueda ser cierto, aunque sin duda algo de verdad hay en ello. La religión de la Grecia clásica (o de la Roma antigua, igualmente) era demasiado ambigua, abierta y tolerante. Le faltaba lo que quizá le sobra a las grandes religiones monoteístas: un sólido corpus doctrinario. La humanidad pasó de concebir la religión como conjunto de historias para dar sentido a la existencia a construir una religión como credo dogmático, como sistema de creencias indubitables que imponer a los demás. Dudo mucho que hayamos ganado nada con dar ese paso, salvo quizá en lo que respecta a sentir una mayor seguridad en nuestra fe (con todo lo que ello conlleva de puerta a la intolerancia).

¿Amar es querer ser amado?

Interesante cita recogida del libro:
Amar es querer ser amado —había dicho Lacan.

(Jesús Ferrero: Balada de las noches tristes, p. 245)

Ignoro si esas fueron realmente palabras de Lacan, y no me apetece lanzarme ahora a hacer búsquedas por la Web. Suena, no obstante, algo pesimista. Muy lejos de aquella idea romántica de amor, desde luego. Casi se diría, pues, que para Lacan el amor no es sino otra forma de solipsismo, si bien puede que esté oculto y solapado, precisamente para hacerlo más eficaz como tratamiento psicológico contra los males de la soledad. No habría nunca, entonces, amor del otro, sino únicamente amor de uno mismo, de una u otra forma.

El sinsabor de la ruptura

La relación de Ciro, el protagonista de la novela, con Beatriz es algo peculiar. Un amor infantil que crece en obsesión en la edad madura. Una relación tal vez insana y alocada. De ahí quizá el sinsabor de la ruptura, que se produce en más de una ocasión:
Llegamos al alba, aún bajo las luces de la noche que se extinguía, y al arrojarme a la cama pensé que de poco servía amar y haber consumido noches y más noches dando más de la mitad del alma a otro. Todo llegaba a su momento de entropía, a su punto muerto. Ahora sentía paletadas de tierra amarilla sobre mi cabeza, en una fosa llena de cal viva y cal muerta. De pronto mi vida con ella parecía tan insufrible que me daban ganas de jugar a la ruleta rusa. Su mirada de asco hacia mí llenaba de oscuridad las estaciones del pasado, las ciudadaes a las que llegábamos al alba, los amigos que habíamos ido dejando por el camino, todo.

(Jesús Ferrero: Balada de las noches tristes, p. 241)

Esa misma sensación se ve acrecentada apenas dos páginas más allá:
Felizmente la ruptura se ha consumado, la ruptura espacial, que es la que importa, y he aquí que al fin se halla sola, en una hermosa cama que huele a sábanas limpias, respirando con un placer que hace mucho no experimenta, abierta a la vida y a todos [sic] las embestidas del destino, abierta a hombres que se deslizan por la noche como vampiros exquisitos, que tienen algo de vertiginosamente femenino en su forma de acariciar, que son suaves, elegantes, decididos... O todo lo contrario: hombres duros como diamantes, algo enloquecidos pero profundamente románticos y muy ágiles y zalameros en la cama. O quizá hombres anónimos, en habitaciones de hotelpara una sola noche, o dos... Hombres, hmbres, hombres. Cualquier hombre en realidad menos yo, encarnación en ese momento del espíritu de la pesadez.

(Jesús Ferrero: Balada de las noches tristes, p. 243)

Triste final de una historia de amor.