Interesante propuesta la de
Paco Roca con esta historia. La verdad es que hace ya tiempo que el mundo del
cómic ha madurado lo suficiente como para que lo consideremos como miembro de pleno derecho del gremio de las
bellas artes. Lejos quedan los días en que el popular
tebeo se veía como mera introducción al mundo de la lectura
seria (en el mejor de los casos) o corruptor de tiernas mentes infantiles (en el peor). En
Las calles de arena nos encontramos con una historia que seguramente no acertarían a entender muchos chavales, aunque podrían seguirla. Es demasiado
surrealista, demasiado artística, demasiado enrevesada y onírica como para poder ser entendida como mero entretenimiento. Para eso quedan las historietas de
Mortadelo y Filemón o
El botones Sacarino (sin tampoco menospreciar este otro género que continúo leyendo aún a mi edad, que conste). En el caso de Paco Roca, el dibujo tiene, sin duda, aspiraciones artísticas en el color, el claroscuro, los gestos, el detalle, la decoración. Pero es que, además, la historia es siempre original, creativa, literaria.
Las calles de arena es un cómic, pero podía haber sido perfectamente una historia corta. Altamente recomendable, al menos para mentes abiertas y espíritus eclécticos.
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