viernes, 16 de septiembre de 2011

Amor y sufismo.

Racionero nos introduce a los sufis como intoductores de la idea de amor en nuestra civilización, defensores de una filosofía basada en el sentimiento más que en la razón y, hasta cierto punto, más seculares que religiosos:
...los sufis son importantes porque fueron los introductores del amor en Occidente. El sufismo es una escuela de pensamiento y forma de vida que propone el amor como forma de conocimiento. Constituye, por tanto, una vía alternativa al racionalismo, adecuada para los temperamentos más pasionales que analíticos.

(Luis Racionero: Filosofías del underground, pp. 105-106)

De ahí pasa a hacer una afirmación que puede ser cierta o no, pero que Racionero hace de forma tajante:
El amor en su forma actual es una invención cultural relativamente reciente. Se solía considerar como una creación de los trovadores provenzales y de la "vita nuova" florentina. Hoy día está claro que la concepción amorosa tanto de los trovadores como de Dante proviene de los sufis persas a través de Andalucía.

(Luis Racionero: Filosofías del underground, p. 106)

No cabe duda de que el amor es, de hecho, una "invención cultural relativamente reciente", al menos en la forma que tenemos de entenderlo en estos momentos. Ahora, cuesta trabajo creer que se pueda achacar la invención del concepto a una sola corriente filosófica o de pensamiento. Estas cosas suelen ser mucho más complicadas de lo que parece y, por lo general, nacen de la combinación de pensamientos, ideas y corrientes de diversa procedencia. Algo parecido viene a suceder con conceptos como democracia o libertad. Son ideas que van cambiando conforme pasa el tiempo y, en realidad, no tienen un origen tan prístino como Racionero quisiera hacernos creer. Aceptemos, no obstante, que el sufismo seguramente sea una de las influencias más importantes en la idea moderna de amor.

Pero, ¿en qué consiste esta idea sufi del amor? Racionero nos la describe un poco más adelante:
En la ley de la materia o la energía, cuando tengo 8 y doy 3 me quedo con 5; en la ley del amor, cuando tengo 8 y doy 3 me quedo con 11. (...) Además, no se puede amar a una sola persona: o se ama a todo el universo, o lo que se llama amor es un egoísmo a dúo.

Por otra parte, desde la concepción del amor sufi, es imposible amar y pasarlo mal, porque el ser o no correspondido es irrelevante. Un amor no correspondido será una irradiación pasajera que se lanza y de la cual se pasa a irradiar hacia otras cosas y personas. Empeñarnos en irradiar hacia una sola persona y que ésta nos corresponda, es estancarnos en una neurosis obsesiva, lo cual no debe considerarse como un amor ejemplar y abnegado, sino como una estúpida negación de la vida. Hay tantos objetos de amor en el mundo, que encerrarse en uno solo es atentar contra el propio flujo de la vida.

(Luis Racionero: Filosofías del underground, pp. 108-109)

Poco que ver, pues, con el concepto romántico de amor, al menos tal y como lo concebimos popularmente hoy en día. Según la tradición sufí, el amor es algo fluido y amplio, una energía vital que se da no sólo entre dos seres amados, sino que, bien entendido, se extiende a todo lo que nos rodea. O, lo que es lo mismo, que hunde sus raíces en una tradición mística más conectada con las filosofías de Oriente que otra cosa.

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