viernes, 16 de septiembre de 2011

Tantra: el yoga del sexo.

Del amor sufí, Racionero pasa al tantra:
Resulta que en India también hay "underground" y que los contraculturales de la secta baul de Bengala están, desde el siglo VI, haciendo yoga con el sexo. La idea no puede ser más lógica: si los brahmanes pretenden que se puede llegar al nirvana respirando, ¿adónde no se llegará de la otra manera? Son las religiones organizadas, en todas las culturas, las que imponen el ascetismo y la represión sexual; la gente, espontáneamente, sabe muy bien cómo usar su cuerpo. La secta "underground" de los tántricos, que es el nombre que se a los que practican el yoga del sexo, parte de un principio muy distinto al de las represivas ideologías del temor y la seriedad: "El Universo viene del gozo, se mantiene por el gozo y va hacia el gozo". (...)

Esta es la hipótesis de trabajo de la filosofía tántrica: la libido sexual humana es de algún modo idéntica a la esencia energética benéfica y creativa del universo. El tantra es un culto del éxtasis, basado en una visión de sexualidad cósmica. No renuncia al mundo, como el budismo, sino que lo disfruta al máximo para trascenderlo, no por negación, sino por superabundancia. Decía Lin-Yutang que para cristianizar a un oriental, primero hay que convencerle de que es culpable. El complejo de culpabilidad es el sofisma previo en que se basa el autoritarismo de la cultura judeocristiana; una de sus consecuencias es la represión sexual; otra, la actitud de antagonismo a la naturaleza.

(Luis Racionero: Filosofías del underground, pp. 116-117)

Nada que ver, desde luego, con la timorata tradición occidental. Aún hoy en día, después de la liberación sexual de los sesenta, se nos hace bien difícil entender la sexualidad con esta naturalidad. Cierto, nos gusta pensar que somos muy progres y liberados, pero el sexo explícito sigue siendo inaceptable hasta en clase de educación sexual en la escuela, por poner un ejemplo. Como afirma Racionero poco después, el concepto tántrico de sexualidad es bien distinto:
En la cosmología tántrica, la sustancia primordial del universo es algo que se denomina ser-consciencia-gozo, "sat-chit-ananda", algo como lo que Blake aludía en su fórmula "energía es gozo eterno". Subyaciendo todo el erotismo hindú está la idea de que la sexualidad es intrínsecamente divina y que la energía sexual en el hombre y los animales es la presencia sensible de la energía constitutiva del universo.

(Luis Racionero: Filosofías del underground, pp. 118-119)

Una vez más, se trata de entender que todo (absolutamente todo) lo que nos rodea tiene una naturaleza divina en última instancia. Un concepto mucho más místico que la dualidad judeocristiana que acabó apoderándose de nuestra civilización occidental.

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