jueves, 24 de junio de 2010

El horror de la guerra también alcanza a las mujeres.

Pese a que sólo los hombres son enviados al frente, el horror de la guerra también alcanza a las mujeres:
En la guerra sólo caían hombres. Pero yo vi muchas mujeres tendidas en el campo de batalla con los vestidos en desorden y las piernas desolladas. Vi a mamá desnuda y congelada en Rusia, con las piernas desolladas y los labios verdes por las coles que le daban.

Vi a mamá transparente de hambre, consumida y arrugada hasta debajo de la piel, como una muchacha exhausta, inconsciente.

Mamá se había dormido. Cuando estaba despierta, jamás la oía respirar. Cuando dormía, roncaba como si aún tuviera el viento siberiano en la garganta, y yo me congelaba a su lado, convulsionada por sueños horribles.

(Herta Müller: En tierras bajas, p. 76)
Hay que tener presente que Müller pertenece a la minoría alemana que vive en Rumania, y buena parte de ellos sufrieron en sus carnes la venganza de las tropas soviéticas tras derrotar a los nazis en la Segunda Guerra Mundial. De hecho, no fueron pocos los que acabaron sus días en los campos de Siberia.

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