lunes, 19 de julio de 2010

La belleza es inexpresable.

Frase lapidaria, de las que conviene tener a mano en una colección de citas:
Su belleza superaba lo expresable, y, como tantas otras veces, Aschenbach sintió, apesadumbrado, que la palabra sólo puede celebrar la belleza, no reproducirla.

(Thomas Mann: La muerte en Venecia, p. 65)

He ahí el sino de todo arte: esforzarse por expresar lo inexpresable. Como bien afirma Mann, a lo más que puede llegar es a reproducirlo de una forma más o menos fiable.


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