sábado, 16 de agosto de 2008

Manual de civismo: un breve esbozo de temas sin mucha consistencia.

No puedo evitar sentir una cierta contradicción de pareceres con respecto a este librito. En primer lugar, el tema me parece relevante y los autores lo tratan con el respeto y la atención debidas. Y, sin embargo, Camps y Giner se dejan mucho en el tintero. Simplemente esbozan cada uno de los temas que tratan en sus capítulos (convivencia, responsabilidad, derechos, deberes, violencia...), apuntando unas cuantas reflexiones pero sin entrar a discutir ninguno de ellos en profundidad. Lejos de ser un manual, el libro es un conjunto de ensayos deslavazados. De hecho, debiera haberse titulado, siguiendo la tradición latina, algo así como Sobre el civismo. Lo que tenemos entre manos no es, definitivamente, un manual, ni siquiera un ensayo serio, profundo y consistente. Sencillamente, no pasa de ser un compendio de reflexiones casi recogidas al vuelo sobre una serie de temas que tienen en común el tema del civismo, y poco más.

En lo que respecta a la edición, es aceptable en líneas generales, si bien es cierto que el capítulo IX está plagado de gazapos de cierta consideración: "vé", "inícuo", "entgre" en lugar de "entre", "puedem", "manipulades" en lugar de "manipuladas", etc. Se me hace difícil entender cómo un editor del nivel de Ariel puede dejar pasar este tipo de errores, sobre todo en lo que después de todo es la sexta edición de la obra.

¿Recomendaría el libro? Pues depende. No está mal como introducción, como documento de debate para plantear ciertas cuestiones relevantes en contextos como el de una clase de Educación para la Ciudadanía o, quizá, un grupo de lectura interesado en tratar estos temas. Sin embargo, uno tiene la impresión de encontrarse ante una obra algo light, como si los autores la hubieran escrito con la intención de hacerla lo más llevadera posible, en el sentido veraniego del término. En otras palabras, no puedo evitar la sensación de que le falta chicha. Tanto Victoria Camps como Salvador Giner podían haber firmado un volumen mucho más profundo, algo que tuviera más que aportar, si bien a lo mejor hubiera sido menos legible, hubiera requerido más esfuerzo, y ya sabemos que desgraciadamente la lectura compite hoy día contra la televisión y los juegos de consola. En fin, Manual de civismo me parece pasable, pero nada del otro mundo.

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