miércoles, 4 de junio de 2008

Igualdad y cristianismo.

Según leo, las convicciones cristianas de Blair también tuvieron una enorme influencia en su forma de entender el concepto de igualdad:
Él ofrecía una perspectiva diferente de la igualdad. Afirmaba que el ideal es esencial para el cristianismo porque, como dicen los evangelios, todos los seres humanos son iguales a los ojos de Dios. "Pero esto no significa que seamos uniformes en posición o carácter, sino más bien que, a pesar de nuestras diferencias, tenemos derecho a ser tratados igualitariamente, sin tener en cuenta la riqueza, la raza, el sexo o la posición social. Todos debemos tener la oportunidad de realizarnos al máximo".

(Stephens: p. 41)

Se trata, en definitiva, de la igualdad de oportunidades, que se contrapone tanto a las convicciones neoliberales y afirmadoras de la desigualdad "natural" como al igualitarismo finalista de posiciones políticas de la izquierda tradicional. En este sentido, el concepto blairiano de igualdad es perfectamente compatible con la tradición socialdemócrata y democristiana de profundo arraigo en la Europa continental, y no lo es tanto con el liberal-conservadurismo thatcheriano, por más que él siempre se presentara como una superación cuasi-hegeliana (esto es, no por oposición, sino por síntesis) del thatcherismo. Supone, por consiguiente, creo yo, un acercamiento al modelo social europeo del que los británicos siempre se mantuvieron apartados. Tiene, pues, poco de extraño que Blair fuera también uno de los líderes políticos del Reino Unido más pro-europeos, un auténtico islote en un mar de euroescepticismo.

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